13 de enero de 2010

si las simpaticas luciernagas estuvieran en mi camino

leer
mi confianza en la literatura acabo cuando no confió en mi
se dezhizo de sentimientos de canales obsesivos a través de otros medios
mi cuerpo
y no fue capaz de entregarme su ser intempestivo
itinerante
escribir siempre fue un alivio
como cuando sales del baño después de la cagadera
el dolor siguió
el envenenamiento profundo y la imposibilidad del alcohol amigo
me gritaban rindete ante todo
es obvio
un puente te podría estar esperando, pastillas, cuchillas, pistolas heladas
pero también no hay garantía que en tus manos se encuentre la muerte
no podrás elegir
lo más parecido a la muerte para mi
literatura
ya no existiese en el mundo real
sino en el de mis fantasias

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