no hay nada

no me gusta la calle, la gente

los seres vivos que no anden en mi casa

las respiraciones

los contrapuntos

los intereses indignos

sopesados

interés 

por quien no eres

beneficios estatales y privados

sobretodo en tus partes débiles

las miradas perspicaces

el tener que vivir acá

Perdio las palabras
envueltas
La nieve seguía cayendo a través de sus ojos
El verano reinaba en los de sus súbditos
El viaje comienza,
Los pies no se mueven
escarchados,
bajo el sol intenso del verano
Las manos, intentan moverla
El calor de apoco la descongela
Aún entumecida comienza a moverse,
No promete nada, se mueve

Quintero

En las noches de verano
íbamos afuera de la casa,
los zancudos, zumbando,
 los grillos, componiendo,
 la felicidad y el olor,
olor a infinito,
mientras él, caballero del mar
nos enseñaba a reconocer estrellas,
Yo, amaba las tres Marías,
 eran como una puesta en abismo,
Aún pienso en ellas,
en la ciudad gris,
en ellas, eternas.

Anhelo

La boca está seca
previene
la maravillas
ese calor
estar encerrado en un cuerpo ajeno
distorcionado
inanimado
Me siento
tomo el té.
sonrío,
muero de a poco
Me contradigo,
intento ser bueno en algo,
Las cortinas ya cerraron,
el terciopelo rojo
y el dorado, que odio,
que anhelo
sube por mi garganta,
me dice: "Silencio..."

La grasa
la piel
las marcas del tiempo
la imagen
la búsqueda
el tiempo perdido
los botones en la espalda
el dolor
la verguenza
la imposibilidad de volver
la soledad
la angustia
las alucinaciones
el poderoso motor del alma
la perdida
el beneficio

Desde las perspectivas

No recomiendo
 llegar al punto
 en que la desesperación
deja de ser artística
 y comienza a convertirse
en verdad gris

Decontrucción

Pienso
en como la piel se desprende
ángulos rectos, perfectos
Escalofríos,
Dolores espeluznantes
El rectángulo que conecta al infinito
Ese es mi beneficio