me acordé de la felicidad sin fin
hablando por horas
corriendo por cinco minutos
que entregaban el espacio
todas las comunas eran cerca
yo cerrando los ojos
escuchando oliendo el ruido
yo con alas
yo plena
yo mirando el camino
y mientras caminábamos
crecían las estelas del cerezo
y mientras caminábamos
se contaba una historia
que no terminaba en muerte
era vida
era verdad, tus ojos los míos
mi mano en la tuya
las galletas
las calles
la gente sin rostro
millones de colores aguardando
a ser pintados
tu cara parece que desprende mi risa
tu cuerpo mi felicidad eterna
tu ausencia imposible
yo detenida en el tiempo
No hay comentarios:
Publicar un comentario