sigo respirando
busco en las esquinas
de la biblioteca
los cristales de la sala
en que enseñaba a leer un poco más
los pies familiares
el frío de las baldosas
las risas
el ansia por la hora
los sillones rojos
teñidos de ti, de mi leyendo
hablando, esperando
futuros proyectados
en los árboles
que ahora son permanente invierno
se cayeron
mientras yo me afirmaba
de ese día, las luces en la ciudad embalsamada
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